jueves, 6 de septiembre de 2012

La importancia de dar gracias






“La gratitud es un valor que se nutre y se fortalece al practicarlo constantemente.”

Es bueno estar siempre agradecidas, y todavía mucho mejor llegar a expresar nuestro agradecimiento. Intentemos no guardarnos las “gracias”, aprovechemos cada oportunidad que tengamos para hacerle saber a las personas que han contribuido a nuestra felicidad, que estamos agradecidas.



El ser agradecidas es algo que debiéramos intentar poner en practica a diario. Hay muchas personas con las cuales o por las cuales podríamos estar agradecidas, como personas que se cruzan por nuestra vida, personas a las hemos olvidado y otras que se han olvidado de nosotras, pero que pese a ello, de una forma fugaz, formaron parte de nuestra vida, y nos han dejado algo para recordar, como un gesto, una palabra o una simple sonrisa.
Algunas cosas por las que debiéramos estar agradecidas cada día:
La familia.
El trabajo.
El alimento.
El techo.
Los amigos.
La naturaleza.

Son cosas por las que constantemente damos gracias a Dios que tenemos, pero hay muchas personas que egoístamente no dan mérito a quien corresponde dar, concediéndoselo a su propio talento, habilidades, o capacidades, olvidando que detrás de un triunfo hay personas que han jugado un papel importante en su desarrollo, como los padres, para dar un ejemplo.

Decir gracias no nos quita ni siquiera un segundo, aun así y a pesar de ser algo tan fácil de dar, muchas veces nos dejamos absorber por las preocupaciones del día a día, se nos olvida que detrás de un mostrador, o de un escritorio, hay una o varias personas dedicando su tiempo, tratando siempre de dar un buen servicio al público; se nos olvida que no nos inundamos de basura porque hay alguien que se encarga de llevarla a donde corresponde.

Muchas veces somos agradecidas pero no lo demostramos, porque damos por sentado que lo saben, o damos un agradecimiento superficial, sin detenernos un segundo para acompañar ese gracias con una sonrisa, sabiendo que la palabra “gracias” es muy sencilla de pronunciar y acompañada con una sonrisa, alegra el alma de todo humano, después de todo el corazón siendo tan grande le basta muy poco para satisfacerse de lo hermoso.

Muchas veces al regresar de un día fuerte de trabajo, nos encontramos con un mensaje de aquella amiga que 
hace tiempo no miramos, 
nos ha llamado sólo “para saludarte y para saber cómo estas” en lugar de llamarle para decirle ungracias piensa en hacerlo más tarde, al pasar de los días y semanas, se da cuenta que ha dejado “para después” el hacer esa llamada para decir“gracias por acordarte de mí” sin darnos cuenta, cuando queremos hacerlo puede ser demasiado tarde.


“Una amiga vino a mi casa para dejarme un regalo de cumpleaños, el de ella era un día después del mío. Por no encontrarme en ese momento, lo dejó de encargo con mi familia. Yo pensé en llevarle su regalo durante el siguiente fin de semana, pero el día viernes sufrió un desafortunado accidente y falleció, no me tomé el tiempo para decirle gracias por tenerme presente, ni siquiera le di un abrazo de agradecimiento. Es algo que he llevado en mí por todos estos años.”

Muchas son las cosas que damos por sentado, no sólo que las tenemos, sino que siempre estarán allí, no podemos ni debemos olvidar dar las gracias, no olvidemos tampoco que nuestros hijos aprenden de nosotros los padres, influyamos en nuestros hijos, demos un efusivo gracias enfrente de ellos, tan seguido como sea posible, enseñémosles a devolver un abrazo con un gracias por los gestos amables que reciben de extraños, de la maestra, de la enfermera, de quien le sirve en la tienda, etc. La generosidad y el agradecimiento es algo que debe estar presente en cada momento, en cada instante de nuestra vida.

Practiquemos el decir “gracias” diariamente, y en la medida que aprendamos, a ser agradecidas nos estamos ayudando a si mismas valorar lo que tenemos, lo que somos y en cierta medida, a ser mas felices.

Antes de ir a dormir hagamos una evaluación de las cosas que agradecemos durante el día, y si las compartimos con la familia, será aun más satisfactorio. Nadie es tan pobre, que no tenga gratitud y un gracias en su corazón, ni nadie es tan rico que no necesite saber que hay algo porque le digan “gracias”.

Con el cariño de siempre:

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